Colmar y Haut-Kœnigsbourg
- Comunication La Condamine
- 23 abr
- 2 Min. de lectura
Nuestro viaje por Francia continúa con paisajes de ensueño y mucha historia. Hoy exploramos la región de Alsacia a través de dos joyas: la encantadora ciudad de Colmar y el imponente castillo de Haut-Kœnigsbourg.
Esta mañana, al llegar a Colmar, cuatro guías de la oficina de turismo nos dieron la bienvenida para iniciar un recorrido por esta ciudad mágica, reconocida por su arquitectura tradicional, canales y casas de entramado de madera perfectamente conservadas.
Colmar es famosa por haber inspirado películas como La Bella y la Bestia. Su centro histórico es una verdadera joya, con edificios que datan de la Edad Media y el Renacimiento, fachadas coloridas y balcones floridos.
Antes de entrar al casco antiguo, fuimos recibidos por una réplica de la Estatua de la Libertad, ubicada a las afueras de la ciudad. Esta escultura rinde homenaje a Frédéric Auguste Bartholdi, el escultor nacido en Colmar que diseñó la estatua original que hoy es símbolo de Estados Unidos.
Durante el recorrido, los alumnos descubrieron algunos de los lugares más emblemáticos:
La Petite Venise, un conjunto de canales bordeados por casas tradicionales.
La Maison Pfister, un ejemplo espectacular de la arquitectura renacentista alsaciana.
Las calles adoquinadas llenas de historia, donde cada esquina parece una postal.
Colmar se parece a Estrasburgo en su estilo arquitectónico y herencia cultural, pero posee una atmósfera más íntima y pintoresca, como si cada rincón contara un cuento.
Después de almorzar, tomamos el bus para subir a las colinas del Alto Rin, donde se alza el castillo de Haut-Kœnigsbourg, uno de los monumentos más visitados de Alsacia.
Este castillo medieval, construido en el siglo XII y restaurado a principios del siglo XX por orden del emperador alemán Guillermo II, domina el paisaje a más de 700 metros de altitud. Ha sido testigo de siglos de conflictos europeos y ofrece una visión fascinante de la vida en la Edad Media: armas, mobiliario, torres defensivas y vistas espectaculares del valle del Rin.
Aunque el clima cambió y la lluvia hizo su aparición, los alumnos no perdieron la motivación. Con paraguas y muchas ganas de aprender, recorrieron el castillo admirando la arquitectura y los muros fortificados.
Con esta visita, nuestro paso por Alsacia llega a su fin. Esta noche, haremos las maletas y nos prepararemos para nuestro último gran destino: París.
El viaje se acerca a su final, pero todavía quedan aventuras por vivir. Gracias por acompañarnos hasta aquí. ¡Nos vemos pronto en la Ciudad de la Luz!